13 de enero de 2014

si hay que hacer una cosa, yo es que prefiero hacer otra...




no sé muy bien como va el tema en personas más voluntariosas, concienzudas y constantes, pero a mi me ocurre que siempre que tengo que hacer algo, lo que realmente me apetece, es hacer otra cosa. generalmente coincide el tipo de tarea. es algo así como que si tengo que cocinar, a mi lo que realmente me apetece es limpiar, poner a paloma san basilio a todo volumen, abrir todas las ventanas y ponerme a limpiar cantando "juntos" a voz en grito. O si lo que toca es estudiar para un examen, lo que realmente me apetece es ponerme a dibujar. 

y así funciona toooodo en mi vida.  las tareas se realizan a destiempo. sólo hay un par de excepciones : la playa y un gin tonic. ahí si que estamos a lo que estamos. quietooooss paraoos. palabrita del niño jesús.

yo creo que todo esto tiene que ver con una de las primeras frases que recuerdo con respecto a mi llegada a este mundo: "ay! que tarde llegaste", "pero mira te costó nacer, ¿eh?". pues si que empezamos bien. llego a saberlo y no vengo. hombreporfavor...
y yo que no acabo de visualizar muy bien como tienen organizado eso de nacer allá arriba.  es decir, yo me imagino una fila de niñas, como en el colegio cuando ibas a salir al recreo: todas con el baby y el lazo en la cabeza esperando que sonase el timbre. algo así,  pero en modo: "venga, venga, que hay que nacer". ¿estarán asignados los días de nacimiento? ¿o eres tú la que decide cuando estás preparada?. porque si tú estás a tu bola, y de repente te llaman: "345678, te toca nacer, venga a la fila", la responsabilidad de nacer tarde no es mia. pero si es por decisión tuya, seguro que yo me entretuve haciendo otra cosa.

es como el nombre que le puse a mi perro. estuve una semana, (una semana!!!!!) decidiendo el nombre. barajé un montón de nombres. ninguno me convencía. pregunté a mis amigos (a los que tienen perro, a los que tienen hijos no, que me daba vergüenza). hice listas. al final, porque tenía las patas blancas hasta el tobillo del perro (o como se llame esa parte de la pata que deja de ser pezuña y empieza a ser pata) le puse botas. Ja!!! pues tenía que haberle preguntado a mis amigas madres. Ellas si sabían que botas era el nombre del mono de dora la exploradora. Ahora tengo un perro que se llama botas y yo ya no uso mi mochila del gim. una vez que me enteré de eso, el animal ya tenía su pasaporte de perro legal con dueño responsable y su chip. y fué después de todo eso, cuando se me ocurrieron unos nombres estupendos: John Lennon, Sancho, Pérez, Jalisco...

o como cuando te das cuenta de aquel novio, al que no acababas de "entender" porque "tú querias otra historia" y ahora lo ves, milquinientos años después y doscientos fracasos más tarde y piensas: pues efectivamente, el tema de coincidir en el espacio-tiempo... es importante.

y yo crecí pensando que si ya había llegado tarde, todo el resto de mi vida todo, todo todo, llegaría a destiempo.

aunque al final, lo que de verdad creo, es que todo pasa por algo y que las cosas pasan cuando tienen que pasar, y bla bla bla...

y con esto y un bizcocho... me voy a cenar tortilla de patatas de mi madre, que a eso si que no se puede llegar tarde. Ñam.


1 comentario:

  1. Aaaaay, ya te echaba de menos por aquí. Eres muy divertida escribiendo, deberías hacerlo más ;)
    Para que conste, yo también soy del género lento, y me siento muy identificada con lo que cuentas. Y sí, coincide que yo también me retrasé en nacer, en concreto 26 días desde la fecha en que se me esperaba, según dice mi madre aunque hoy en día nadie la cree porque como te pases una semana te ponen a parir, literalmente. Pero eran otros tiempos, y se tomaban las cosas con más calma.
    Un beso

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