Los helados, los niños, un día de playa, una caña al salir de trabajar, un buen libro, aprobar un examen, el verde manzana y el azul turquesa, abrazar a mamá, las vacaciones y un festivo en medio de la semana, un baño caliente, una conversación que dura horas, querer a alguien sin esperar nada a cambio, la sábanas recién planchadas, mis vaqueros preferidos, deshacer la cama, reírse por tonterías, una mirada cómplice, irse un fin de semana, encontrar en rebajas y con un descuento del 70% y en mi talla el abrigo inasequible, una visita inesperada, una copa de vino, las casualidades, llegar a mi casa y dormir en mi cama después de una semana de viaje, un niño que se ríe a carcajadas, un abrazo apretado, la comida de mi madre, dormir doce horas, el aperitivo del lunes en la alameda y mis amigos…
Porque de vez en cuando tenemos que parar y recordar lo que de verdad importa...